Título: Mi guardaespaldas, parte 4
Pareja: TakaBu, HikaTo, InooDai
Autora: Natsumi.
Género: Shonen-ai, Lemon, Romance
Extensión: Serial.
Nota 1: Después de dos años por fin he continuado este serial. Soy una experta en dejar historias a medias ;-; Tengo pensado reescribir los capítulos anteriores... Al menos corregir las numerosas faltas que desgraciadamente tenía hace unos años.
Espero que os guste~
Mi Guardaespaldas, IV
-¡Por fin llegamos!
Después de varias horas de dilema entre, por ejemplo, si ponerse una camisa a cuadros o una negra, todos estaban listos en la furgoneta rumbo a la discoteca.
Solamente había que fijarse un poco para notar que algo no iba bien, por lo menos en el caso del mayor de todos, quien se mantenía ausente. mirando a un punto fijo de la ventana.
-¡Anímate Kou-Chan! Así pareces una estatua vieja.
-No estoy de ánimos Hikaru...
Una mirada suplicante fue dirigida al menor de ambos. Parecía haber captado el mensaje porque de repente, después de pensar unos segundos, sus ojos brillaron, denotando que tenía un plan.
-Ryutaro estará en la fiesta...
-¿Qué?
Yabu Kota's POV
Al escuchar ese nombre de nuevo, "Ryutaro", decenas de recuerdos invadieron mi mente. Hacía varios años que no sabía nada de aquel chico, quien una vez fue mi pareja.La relación no resultó bien... Cabe decir que ambos éramos jóvenes e inexpertos, demasiado apasionados y poco responsables. Aún así, fue una ruptura pacífica; yo tenía que irme a la Universidad mientras que él aún cursaba la secundaria.
Supongo que sería bonito verle de nuevo, y más ahora... Algo me dice que pasaré bastante tiempo solo.
Una vez hubimos llegado, observé como el grupo se dispersaba: Inoo y Daiki se acomodaron en un silloncito situado en una de las esquinas del local, parecían muy ocupados demostrándose amor en público, "desvergonzados", pensé con un deje de envidia.
Por otro lado, Keito y Hikaru habían ocupado los dos micrófonos que habían en un pequeño escenario-karaoke. Ambos cantaban baladas románticas con una melosidad que nunca pensé que Hikaru tendría... Las apariencias engañan a veces, o eso se suele decir.
Y ya por último estaba Yuya... No perdió ni un segundo. No sé cómo lo había hecho, pero ya habían tres chicas bailando a su alrededor y no especialmente de forma amistosa.
-¿Y qué hago yo?
Sentía ganas de echarme a llorar como un crío... Toda la valentía que tenía antes de venir se había esfumado desde el momento en el que recordé mi situación actual.
Estoy enamorado de un chico borde y presumido, que ni siquiera se aclara con sus sentimientos hacia mí, ¿Acaso merezco esto? Nunca debí de haber venido aquí...
-¿Yabu?
Estaba tan distraído compadeciéndome de mí mismo que ni siquiera noté que estaba justo al lado de Morimoto. Mi expresión debió de haber sido ridícula porque no tardó en comenzar a reír.
Él estaba tal y como le recordaba. Apuesto, más bajito que yo, pero no por eso lucía infantil.
Tenía una sensual mezcla entre dulzura y madurez que me enloquecieron desde que le vi.
Ahora solo le encuentro encantador, ya no podría sentir algo diferente a la amistad por él.
-¡Ryutaro! ¿Cómo estás, pequeño? Te veo muy bien.
Y así celebramos el bonito reencuentro. Hablamos y hablamos, la verdad es que no me esperaba que fuera tan divertido charlar con él de nuevo.
Ahora estábamos en medio de la pista, la verdad que no sé qué hago aquí pasmado con una maceta mientras todos saltan y cantan.
-¿Te apetece bailar Kou-Chan? Espero que hayas mejorado tu coordinación.
-¡Justo estaba pensando en eso!
En otra parte de la discoteca...
-Vamos nena...-¡Qué ya no me apetece! ¿Okey?
Y con esa última frase la maldita zorra barata se esfumó por los pasillos de aquella sala oscura.
-Será desgraciada, toda la noche calentándome con sus jueguecitos para luego marcharse... Bah, igualmente no era tan guapa. Ya encontraré a otra putita decente.
Dando la imagen de un niñito consentido Takaki salió de los lavabos colocándose el pantalón, a la vez que maldecía sin disimulo alguno a cualquiera que se metiera en su camino.
Aquel lugar apestaba a sexo y a orín. Típico de los baños de un local de fiesta.
-¿A quién puedo molestar ahora?
A pesar de que aparentaba estar bebido por el olor a alcohol que desprendía su ropa se encontraba perfectamente cuerdo. Paseó la mirada por el cúmulo de gente que bailaba en el centro de la pista buscando algo divertido con lo que entretenerse, divisando al momento a Kota. Su rostro era iluminado de vez en cuando por las luces de colores parpadeantes que buscaban desorientar al bailante.
Cuanta menos cordura se respire en el ambiente más liberados y fuera de ley se sentirán los jóvenes que buscan saltarse las normas.
-Alguien tan alto no pasa desapercibido...
Muchas personas caminaban y se tambaleaban a su lado pero su mirada nunca se separó del cuerpo del mayor, quien contoneaba su cintura al ritmo de la música ajeno a la atención que estaba recibiendo.
Sumido en su mundo se pasó la lengua por los labios e imaginó cientos de cosas que podría hacerle ahora mismo a ese chico que llevaba días volviéndolo completamente loco.
Pensó en llevarle a los lavabos y arrancarle la ropa sin cuidado alguno, para después usar su cuerpo como mejor se le antojase.
-Ya que la putita barata me dejó a medias...
Estaba dispuesto a cumplir cada una de sus fantasías. Caminó a paso lento hacia la multitud, pero de repente, algo le hizo frenarse en seco. Como un cristal desquebrajado por el impacto de una piedra. Así de rotos quedaron sus sueños pervertidos.
-¿Y quién demonios es ese?
El enfado comenzó a invadir su alma, ¿Por qué Yabu estaba bailando de esa forma con otro? No entendía por qué le sonreía tan adorablemente, por qué sostenía la cintura de otro chico entre sus manos...
Sin pensar en lo que hacía agarró a Kota de la mano y se lo llevó fuera de la discoteca. Una vez allí le asestó un puñetazo con toda la ira que hubo sentido en ese momento, sin darse cuenta que por ello el labio del mayor había comenzado a sangrar.
-¿Qué te crees que estás haciendo imbécil? Soy tu guardaespaldas y no debes alejarte de mí.
Las palabras se amontonaban en su boca como piedras pesadas difíciles de expulsar ante la mirada atónita del mayor.
Intentó no perder los nervios y mostrarse serio, casi indiferente, para imponer su superioridad emocional, a pesar de que el puñetazo mostró una clara evidencia de descontrol.
- Pero, ¿Pero qué ocurre?
Solo atinó a decir eso mientras sus ojos comenzaban a humedecerse. No entendía nada ni el por qué de ese ataque tan gratuito.
Mientras, el resto de chicos, quienes se habían percatado del jaleo corrieron a separar a Takaki de Yabu, quien aún yacía en el suelo.
Los quejidos y reprimendas de los demás no hicieron que Yuya le pidiera perdón. Se mantuvo serio durante todo el trayecto y la única mirada que le dedicó al mayor fue tan fría que por un momento pareció que sus ojos desprendían hielo, cortante y punzante que buscaban herirle el corazón.
Todos pensaron que Kota se habría vuelto a propasar con sus insultos, por lo que intentaron normalizar la situación con bromas pesadas que a nadie parecía hacerles gracia a pesar de que se reían, más que nada para intentar animar a Yabu.
Yabu's POV
Ahora entiendo esa famosa frase que dice : "Solo sé que nada sé." No entendía por qué Takaki se había comportado de esa manera conmigo. Hacía ya tiempo que nuestra relación se había vuelto amistosa.Pensé que algo le habría salido mal con su ligue, por lo que no pude evitar alegrarme muy en el fondo de mi alma.
Por otra parte, me sentía muy deprimido. Ver como la persona que amas te desprecia dando así a entender que no le importas una mierda es una sensación muy desagradable. Ahora entendía cómo se tuvo que haber sentido él al principio, cuando yo le maltrataba.
Quería llorar, gritar e incluso sentía ganas de pegarle más fuerte que él al darme el puñetazo.
Ahora estaba en mi habitación, solo. Les había dicho a los chicos que saliesen a terminar con su noche de diversión, no quería ser el culpable de haber fastidiado la velada. También les pedí que se disculpasen con Ryutaro de mi parte. Se tuvo que haber quedado muy sorprendido...
Escuchaba el "Tic, tac" del reloj. Como una simple melodía iba acompasado con los latidos de mi corazón.
La cortina se movía agitada por la suave brisa nocturna que se colaba entre la rendijas de la pequeña ventana de madera que se situaba en la parte izquierda de mi cama. Por un momento sentí paz.
-Yabu...
Esperen un momento, ¿Qué?
-¿Puedo pasar?
No me lo puedo creer, ¿No se suponía que estaba solo? ¿Ahora que haré? No me siento capaz de hablarle todavía, ¿La puerta estaba cerrada con llave?
Veo como poco a poco comienza a abrirse, respondiendo a mi pregunta. "Imbécil Kota, ¿Desde cuando se te olvida fechar la puerta? " Como última solución solo atino a cobijarme bajo la gruesa manta de mi cama. A lo mejor no me vería si me mantenía quieto.
- Hmm, parece que alguien a desaparecido. Le buscaré en la cocina...
¡Bien! Salgo de mi refugio orgulloso de mi método de camuflaje cuando de repente noto como un cuerpo se abalanza sobre mí, dejándome bajo él.
- De verdad, eres tan ingenuo a veces...
Desconcertado me costó entender que me había atrapado. Justo cuando estaba dispuesto a quejarme sus ojos atraparon a los míos... Ambos quedamos perdidos en una danza de miradas que no parecía tener fin.
Compartíamos el mismo aliento y ritmo cardíaco. Podía sentir su calor a través de mi cuerpo, ¿Estaría soñando? Noté como sus ojos se desviaron a mi labio ajado por el golpe de antes para después torcer su boca en signo de disgusto.
- Lo siento...
El "tic tac" no paraba, la cortina seguía moviéndose y el viento se seguía colando por las rendijas de la ventana. Todo parecía igual y a la vez otro mundo diferente.
Vi cómo humedecía sus labios con ¿Timidez?, ¿Cuándo el gran Takaki Yuya se había sentido inseguro?
Como un flashback vinieron a mi mente las imágenes de él junto con las chicas de la discoteca.
Recordé cómo manoseaba sus glúteos con descaro, como ellas sonreían mordiéndose el labio para después lanzarse a su boca...
No pude evitarlo y haciendo uso de todas mis fuerzas me escabullí por un costado y corrí fuera de la habitación.
-¡Déjame! ¿Qué ocurre? ¿No conseguiste tirarte a ninguna de esas zorras?
Estaba llorando, ¿Cómo no hacerlo? Me sentía usado por la persona que más amaba.
Para colmo él solo se limitó a mirarme desde el marco de la puerta, serio y distante.
Miré a mi alrededor sintiéndome patético. Como compartíamos un cuarto pequeño no tenía muchas posibilidades de esconderme de nuevo.
-¿Qué estás mirando Yuya? Yo también sufro, ¿Vale? Nunca pensé que contratarte supondría tanto sufrimiento, nunca pensé que amar sería tan duro... Tú deber es protegerme.
-Acabemos con esto, jefe.
En un rápido movimiento se acercó a mí para rodear mi cintura y pegarme hacia él.
De nuevo volvíamos a estar demasiado juntos, de nuevo volvía a perderme en su sensualidad.
-Ambos lo deseamos, no te resistas a lo que tu corazón te suplica.
Su voz, en forma de susurro chocaba contra el lóbulo de mi mejilla, haciéndome temblar entre sus brazos, ¿Quería jugar? No sería yo quien se negaría.
Con mi mano izquierda agarré su pelo por la nuca y tiré de él, ganándome un gruñido como respuesta.
-Ahora sabrás por qué no debes golpear a tu jefe.
Un fuego intenso se coló por mis entrañas, solo deseaba tenerle cuanto antes. Lo empujé contra la pared con fuerza y le besé. No como la noche anterior. Este fue un beso hambriento, exigente.
Metí mi lengua en su boca saboreando y probando cada parte de esta.
-¿Quién te dice que seré yo el castigado, Kou-Chan?
Sonrió de lado y en un ágil movimiento cambiamos posiciones. Ambas respiraciones estaban agitadas.
-Esta noche no pararé. Escucha atentamente lo que te voy a decir.
Se acercó a mi oreja y pasó su lengua por mi mandíbula mientras que con su mano hacía figuras abstractas por mi vientre sobre la camisa.
-Esta noche te haré mío.
+*Continuará*+
By: Natsumi
2 comentarios:
KYa!!! Lo ameeeee neje me volvi a reeler todos los capituloooooosss. Y me volvi a emocinar a^=^ contiiiii esta super interesante!!! Yo tambien quiero ver como se lo hace suyo!!! >\\\< contiiii
Necesito ya el siguiente capítulo ;-; <3
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