Pareja: Takabu (principal), Inoodai, Hikato.
Género: Romance, Lemon, Yaoi, Comedia, un poco de drama.
By: Natsumi.
Título: Mi guardaespaldas.
Extensión: Serial (1,¿?)
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Mi Guardaespaldas I
El destino es caprichoso en sus formas y a veces, situaciones cotidianas acaban tornándose decisivas. Llegué a esa conclusión tras conocerle, y es que la primera vez que le vi, nadie hubiese predicho que finalmente acabaría deseando perderme en esa mirada que tanto me disgustó al inicio. Todo comenzó una tarde de verano, junto a ellos; haciendo lo que mejor se nos daba: huir.
Flashback
-¿A esto te referías cuando nos invitaste a «pasar una tarde agradable» por los alrededores del hotel? Ya te vale, Inoo.
-¡No me culpes, Yabu!, ¿Cómo iba a saber que las fans habían descubierto la localización de nuestras habitaciones? Hemos tenido suerte con poder tomar el aire un poco.
-¿Tomar el aire?, ¡Nunca había corrido tanto en mi vida!
-Es normal que nos sigan, ¡Somos los HSB!- Exclamó Daiki con una amplia sonrisa mientras abrazaba a Inoo por la espalda.
Un grupo numeroso de adolescentes deambulaban en torno al edificio, «¿Qué buscan?», «¿Qué quieren?», se preguntaban los trabajadores atónitos. La respuesta se encontraba a escasos metros; escondida a duras penas en un recóndito cruce. Yabu Kota, Hikaru Yaotome, Inoo Kei y Daiki Arioka: los integrantes de HSB; una de las bandas más populares del momento, decidieron darse un respiro de fin de semana. No tardaron mucho en descubrir que no había sido una buena idea.
- No vale la pena buscar culpables. Ahora lo importante es distraerlas y salir de aquí cuanto antes. ¡Si permanecemos mucho tiempo quietos acabarán encontrándonos!- Tras su afirmación Hikaru fue el primero en asomar la cabeza para tantear el terreno.
-Parece que no están cerca, ¡Vamos!- Acto seguido, el resto le siguió sin titubear y tras unos minutos con sabor a eternidad y algunos trucos de camuflaje, fueron capaces de volver a la habitación.
-Estoy llegando a mi límite, ya no recuerdo lo que es salir sin que alguien se me eche encima.
-¿Y que pretendes que hagamos, Yabu? No podemos encerrarnos para siempre entre estas cuatro paredes.- Le respondió Inoo aun agitado por la intensa fuga. Sirvió cuatro vasos de té helado y tras cambiarse de ropa; pues su conjunto anterior estaba bañado en sudor por completo, se arrellanó cómodamente en el sillón del salón. Daiki, recostado a su lado, se inclinó hasta llegar a su oído para retomar la conversación. «A mí no me importaría estar recluido si es contigo, Inoo-kun», susurró. El aludido no pudo contenerse ante tal afirmación y, sin pensárselo dos veces, atacó los labios del menor como si en sus besos encontrase toda la energía perdida durante el día.
-No es por ser aguafiestas, pero por si no se han dado cuenta, ¡Seguimos aquí!
Inoo y Daiki se limitaron a sonreír tímidamente mientras entrelazaban sus manos. Sus cuerpos eran como dos imanes: no podían mantenerse alejados el uno del otro si compartían el mismo espacio. Aun inmersos en su burbuja se disponían a juntar de nuevo sus labios cuando...
Inoo y Daiki se limitaron a sonreír tímidamente mientras entrelazaban sus manos. Sus cuerpos eran como dos imanes: no podían mantenerse alejados el uno del otro si compartían el mismo espacio. Aun inmersos en su burbuja se disponían a juntar de nuevo sus labios cuando...
-¡Bingo!- Yabu se incorporó con euforia de un momento a otro, ante la atónita mirada de los demás. «¿Qué sucede?», le preguntaron entre risas.
-¡Tenemos que contratar a un guardaespaldas!- Se hizo un silencio en la sala. Ninguno entendía a qué venía esa proposición. «¡Yo soy lo suficientemente fuerte como para protegerme solo! No necesito nada de eso!» voceó Hikaru indignado. Las carcajadas no tardaron llegar y pronto, entre respuestas y bromas al respecto, la propuesta del mayor quedó recluida a un segundo plano hasta que este se irguió de nuevo.
-¿No lo entienden? Así podrán inspeccionar los lugares y avisarnos de si es seguro salir o no. Además, ¿Recuerdan cuando nos intentaron raptar en Osaka? ¡Eso nunca hubiese ocurrido con un guardaespaldas a nuestro servicio!- Esta vez sus palabras tuvieron el objetivo deseado. Después de una corta reflexión, todos asintieron.
-Dai-chan, ¿Recuerdas a Keito? El amigo que vino a tomar café con nosotros hace unas dos semanas.
-¡Por supuesto! Se estaba tomando un descanso después de varios años estudiando en Inglaterra, ¿Verdad?
-¡Ese mismo! Acabo de recordar que me comentó que su hermano mayor estaba buscando trabajo, ¡Creo que sería perfecto para el trabajo! -Mientras hablaba Inoo encendía su teléfono. -¡Voy a llamarle ahora mismo!- «Espero que no sea demasiado guapo», pensó Yabu para sus adentros. «Si las stalkers se enamorasen de él también estaríamos completamente perdidos».
AL DÍA SIGUIENTE...
Eran las nueve de la mañana: todos estaban listos a excepción del mayor, quien aun dormitaba recostado en el sillón. Durante toda la noche estuvo pensando en lo feliz que iba a ser a partir de ese momento. Ding, Dong, el sonido del timbre le apartó de su ensoñación.
-¡Ohayo Gozaimasu! Takaki Yuya desu y desde hoy seré vuestro guardaespaldas.- Le sorprendió esa voz; tan alegre y melosa. Poco después, en el momento en el que el joven cruzó la puerta, se reveló la cara de esa voz anónima. La elegancia con la que se dirigía a sus compañeros era tal que pensó que se trataba de una ilusión. Tras frotarse los ojos un par de veces se dio cuenta de que no era cosa de las legañas: aquel chico era hermoso. «No puede estar pasando, qué sonrisa... Su rostro brilla como la luz de las estrellas, ¡Esto va a ser un desastre!».
-¡Ohayo Gozaimasu! Takaki Yuya desu y desde hoy seré vuestro guardaespaldas.- Le sorprendió esa voz; tan alegre y melosa. Poco después, en el momento en el que el joven cruzó la puerta, se reveló la cara de esa voz anónima. La elegancia con la que se dirigía a sus compañeros era tal que pensó que se trataba de una ilusión. Tras frotarse los ojos un par de veces se dio cuenta de que no era cosa de las legañas: aquel chico era hermoso. «No puede estar pasando, qué sonrisa... Su rostro brilla como la luz de las estrellas, ¡Esto va a ser un desastre!».
-Encantado Takaki-kun, Yaotome Hikaru desu.- Uno a uno se fueron presentando amigablemente salvo el mayor de todos, quien le miraba desafiante aun recostado. Su extraña actitud no pasó desapercibida para ninguno de los chicos. «¿Ocurre algo?», preguntó el recién llegado desconcertado. De una forma certera y seca respondió: «Tú no puedes ser nuestro guardaespaldas».
-No entiendo nada, Yabu. ¿No fuiste tú quién insistió? De una noche a otra es imposible que hayas cambiado de opinión.- Inoo estaba realmente indignado, pero no era el único. Kota no decía nada. Poco a poco, un silencio incómodo fue apoderándose de la sala.
-No entiendo nada, Yabu. ¿No fuiste tú quién insistió? De una noche a otra es imposible que hayas cambiado de opinión.- Inoo estaba realmente indignado, pero no era el único. Kota no decía nada. Poco a poco, un silencio incómodo fue apoderándose de la sala.
-¿Es porque no me veo lo suficientemente fornido? Le prometo que estoy a la altura de este cargo. -El mayor negó repetidas veces. «¡No se trata de eso!». Intentó tranquilizarse, pero la atenta mirada de todos sobre él, en busca de una respuesta inmediata, le ponía demasiado nervioso.
-.¡Está bien, lo diré!, ¿No se dan cuenta de que con él aquí nos perseguirán el doble?, ¡Es demasiado guapo!- De nuevo el silencio invadió el ambiente, pero este era un tipo de silencio distinto al anterior. Entre sorprendidos e incrédulos el resto de integrantes de HSB comenzó a reírse. Al contrario, Takaki permaneció callado y avanzó hasta llegar al sillón.
-Yabu-san, ¿De verdad eso le preocupa?- De repente su semblante serio se transformó en una expresión halagüeña que inmediatamente le hizo enrojecer. «¿Qué demonios me sucede?», clamó para sí mismo.
-Limítate a hacer tu trabajo.
Tras esa burda contestación se incorporó para después desaparecer por la puerta de salida.
-Creo que esa no ha sido una buena idea... - Desde que Hikaru terminó su frase, comenzaron a oírse estruendosos gritos: las fans no tardaron en avistar al líder de la banda abandonando la habitación a toda velocidad.
-Parece que tienes tu primer encargo, ¡Salva a Kou-chan, Takaki-kun!- Entre carcajadas los chicos vieron; tal y como había hecho el mayor momentos atrás, como Takaki se esfumaba de la sala. Al cabo de unos instantes reaparecieron: Yuya sujetaba a Kota mientras este pataleaba sin detener sus chillidos: «¡Te ordeno ahora mismo que me sueltes!», «¿Quién te crees que eres?». Ante tal surrealista escena el carcajeo se hizo mayor.
-Creo que se gustan...- Murmuró Daiki para Inoo. -Quizá sea demasiado pronto para saberlo, pero nunca había visto a Kou-chan actuar de esa manera.- Entre sonrisas cómplices se alejaron disimuladamente del jolgorio: tenían que terminar lo que habían empezado en el sillón el día anterior.
«¿No será que quizá yo sea demasiado guapo para ti?» Yabu no escuchó con exactitud, pero hubiese jurado que esas palabras habían salido de la boca del menor justo cuando este le tomó entre sus brazos.
Tras esa burda contestación se incorporó para después desaparecer por la puerta de salida.
-Creo que esa no ha sido una buena idea... - Desde que Hikaru terminó su frase, comenzaron a oírse estruendosos gritos: las fans no tardaron en avistar al líder de la banda abandonando la habitación a toda velocidad.
-Parece que tienes tu primer encargo, ¡Salva a Kou-chan, Takaki-kun!- Entre carcajadas los chicos vieron; tal y como había hecho el mayor momentos atrás, como Takaki se esfumaba de la sala. Al cabo de unos instantes reaparecieron: Yuya sujetaba a Kota mientras este pataleaba sin detener sus chillidos: «¡Te ordeno ahora mismo que me sueltes!», «¿Quién te crees que eres?». Ante tal surrealista escena el carcajeo se hizo mayor.
-Creo que se gustan...- Murmuró Daiki para Inoo. -Quizá sea demasiado pronto para saberlo, pero nunca había visto a Kou-chan actuar de esa manera.- Entre sonrisas cómplices se alejaron disimuladamente del jolgorio: tenían que terminar lo que habían empezado en el sillón el día anterior.
«¿No será que quizá yo sea demasiado guapo para ti?» Yabu no escuchó con exactitud, pero hubiese jurado que esas palabras habían salido de la boca del menor justo cuando este le tomó entre sus brazos.
2 comentarios:
buenisimoooo me ha encantado esperare con ansias lo que sigueee pobreee yabu el solitos se quemoo jejejeje que lindo gracias por subirlo :)
XDD mi hermana esta contentísima¡¡ acaba de leer el comentario y dice que hoy mismo escribe la continuacion!
gracias por leer y comentar =DD!!
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